domingo, 7 de marzo de 2010

DE LA LIBERTAD Y LA MUERTE

Yo dejé un ser de mirada turbia y ojos oscuros,
tratando de encontrar sus manos,
buscando en su cuerpo sus uñas,
escudriñando en su pecho su corazón.
Mientras su enmohecida voz se apaga y muere en la multitud.


En medio de almas, luces difusas,
amarillas hojas que caen en sus ojos
delirios y sueños blancos...
el acribilla sus recuerdos.


Se extienden alas eternas de libertad,
se deja ver el cielo cálido,
ya dejó de ser carne,
es polvo en medio del polvo
es cosmos en medio de pequeñas estrellas.

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